Dice la Biblia: ”El sabio tiene el corazón a la derecha; el necio tiene el corazón a la izquierda”. (Eclesiastés 10,2).
El perro del hortelano es izquierdista, socialistoide, estatista, destructivo y autodestructivo.
El perro del hortelano no come ni deja comer; no impulsa la minería, agroindustria o pesquería, ni permite que lo hagan otros; no crea infraestructura de puertos, aeropuertos, caminos o energía, ni permite que otros, o sea particulares, lo hagan. Sólo el Estado debe hacerlo, por más que la historia de los últimos 150 años demuestre en todos los países que el Estado es un pésimo administrador empresarial y que sólo el liberalismo, esto es, la plena democracia política, con un Estado promotor y que se concentre en gobernar, y la libre y competitiva economía de mercado son capaces de desarrollar el país y elevar el nivel de vida de su pueblo.
El perro del hortelano puede atacar solo. Por ejemplo aquel político cusqueño (+), que paralizó el proyecto de Camisea. O el presidente regional de Arequipa, que frenó la privatización de Egasa y privó a su pueblo de millones de dólares. O el actual presidente de la región Puno, que dilapida su presupuesto y vive el delirio cocainómano de querer ser presidente del país Puno.
El perro del hortelano puede actuar en jauría. Por ejemplo la masa de pueblo ignorante y lumpen maligno, que ataca minas y bloquea el desarrollo de Cajamarca. Pero siempre hay detrás el Gran Perro. Allí un obispo y un par de curas con una radio y financiación misteriosa de su oenegé.
Hugo Chávez es un injerto de gorila, papagayo y perro de hortelano, que no desarrolla a Venezuela ni deja que la desarrollen los venezolanos; igual hace en Ecuador, Bolivia y Nicaragua. En el Perú este perro del hortelano corretea libremente por el país; mueve sus jaurías en ciertas carreteras, minas y aeropuertos; y hasta marca territorio en Puno, ante la dejadez de las autoridades políticas y judiciales.
El perro (Canis lupus familiaris) y el lobo (Canis lupus) son primos hermanos. Si el romano Plauto (c.254-184a.C.) pudo decir en su comedia Asinaria: “homo homini lupus”, “el hombre es lobo para el hombre”, tal vez podamos decir que “el peruano es perro del hortelano para el peruano”. Como ha señalado Raúl Mendoza Cánepa, del perrortelanismo, “una vieja mentalidad socialistoide recorre todos los espacios sociales. Lo público predomina sobre lo privado; se nos ha vendido una falsa ética en la que el egoísmo es inmoral, contamina y explota y hay que controlarlo”. Esa mezcla de envidia y estatismo socialista traba gravemente el desarrollo y bienestar del Perú. El liberalismo es tan vital que, a pesar de eso, hace crecer al país.
Cuando Alan García, en su serie sobre El Perro del Hortelano, haya acabado de señalar sus rasgos y filosofía, debería editarla en un libro titulado: “El Perro del Hortelano.- Un animal emblemático nacional”, más que la vicuña del escudo.
Expreso, 05/04/2008
1 comentario:
Me parece que este es un articulista con corazon pro pinochetista, tal como Garcia , entregado al capitalismo mas zafio y pelandusco.
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