El retardo en años de Camisea, el boicot a lo de Egasa y Egesur en Arequipa, las cruzadas antimineras y la “demonización” del gran empresario son sólo una pizca de los atavismos ideológicos que impiden la creación de riqueza en el Perú. En “El perro del hortelano”, Alan García refiere toda una sintomatología.
Cualquier estudioso sesudo de la realidad nacional puede constatar que tenemos, en efecto, tan vastos recursos como diques de contención para los mismos. Estos diques derivan de una vieja mentalidad socialistoide que recorre todos los espacios sociales: desde la intelectualidad, la vida académica, el Parlamento, la Administración Pública, hasta los medios y la opinión general. Lo público predomina sobre lo privado, se nos ha vendido una falsa ética en la que “el egoísmo es inmoral, contamina y explota, y hay que controlarlo”. Leía precisamente un artículo interesante y conectado al tema (Fernando Barrios en www.miradacritica.org) que ataca este mito a partir de las ventajas del egoísmo empresarial. Cito algunos fragmentos: “El socialismo (léase también ”estatismo“) daña el medio ambiente y nuestro entorno natural, nuestros ríos y mar son ‘bienes públicos’ y se encuentran contaminados”. Luego dice: “Los ríos ingleses son de titularidad privada y todos están limpios, en todos se puede pescar; los hay desde los más caros, medianos y baratos. El mercado existe y funciona muy bien con la propiedad privada”. Quizás muchos se escandalicen con esta cita. Y sigue: “La única manera de mantener nuestro medio ambiente sano es mediante una economía donde los derechos de propiedad privada estén bien definidos y protegidos (...) Nadie quiere y defiende lo que no es suyo”. Continúa: “Un norteamericano encuentra petróleo en su propiedad y se hace millonario. Un peruano encuentra oro en su terreno y sigue siendo pobre. Este es el referente de la situación de los ‘derechos de propiedad‘ cuando no existen, no están definidos ni protegidos. Un posesionario es un ‘propietario’ precario. Todo el subsuelo es de propiedad estatal y los peruanos no ejercemos ningún derecho por explotar los recursos naturales que los socialistas nos dicen ‘son de todos’“.
Y luego señala: ”Esa es una de las razones poderosas por las que nuestros compatriotas siguen siendo pobres. El socialismo (estatismo) está diseñado para que los pobres sigan siendo pobres y los nuevos ricos sean cada vez más ricos“. En efecto, los peruanos hemos diseñado un marco institucional medio suicida, donde el Estado sirve para entorpecer la acción productiva, una sociedad de anclajes ”condenada a morir de hambre al pie de su propia despensa“.
Correo, 26/03/2008
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