En el siglo XIX, Robert Louis Stevenson, en “El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde”, desarrolló de manera formidable la dualidad del espíritu humano y su obra es un claro ejemplo literario de las teorías freudianas sobre la doble personalidad. La obra es un retrato de la sociedad de la época, pero podría ser un retrato también del actual gobierno.Por un lado, aparece un Presidente que proclama a la inversión como la única panacea frente a todos los males, y por otro, el gobierno que él encabeza pone todo el empeño en obstaculizarla. Cada vez que el Congreso extiende la mano a la inversión, aparece el perro freudiano, disociado, su alter ego, para morderla. El Presidente criticó duramente en el artículo de marras la labor del Legislativo debido a que la burocracia de este poder del Estado habría entrampado varias propuestas del Ejecutivo. Sin embargo, cuando el Congreso se decide a actuar, a promover la competitividad con miras al TLC, a eliminar las trabas burocráticas, el Ejecutivo dice no. No se entiende, acaso ¿hay dos gobiernos? ¿Uno a favor de la inversión y otro en contra? ¿Uno que promueve la competitividad y otro que la obstruye?Cuando presentamos el proyecto de ley para eliminar el doble cobro que realiza DICAPI por una misma operación que le corresponde a la APN, el Ejecutivo presentó un proyecto de ley que legaliza este doble cobro, a pesar de que esos cobros fueron declarados ilegales por Indecopi y el Poder Judicial. Este cobro adicional es un doble pago innecesario para las navieras que encarece las operaciones marítimas y perjudica sin duda al comercio exterior y a los exportadores nacionales. El año pasado, el Congreso aprobó la Ley de Facilitación de Comercio Exterior que dispone que las mercancías se deberán desaduanar en 48 horas y no en 14 días como es en la actualidad. Sin embargo, en el marco de la discusión de la ley de simplificación aduanera, la Sunat planteó que las personas naturales o jurídicas que quieran desaduanar en 48 horas deberán presentar una fianza con una vigencia además de cuatro años. Con esta modificación el Ejecutivo ha desnaturalizado la Ley de Facilitación de Comercio Exterior convirtiendo los procedimientos aduaneros más onerosos y menos expeditivos e incumpliendo uno de los compromisos para la entrada en vigencia del TLC. Cuando dimos la Ley de Facilitación de Comercio Exterior, se dispuso más de un punto de llegada para favorecer la competitividad entre los operadores comerciales, pero el Ejecutivo, una vez más, se opuso a la competitividad, estableciendo en el reglamento de la ley que el único punto de llegada será dentro de las instalaciones del aeropuerto donde sólo hay un concesionario, distorsionando la competencia. ¿En qué quedamos? Insisto, ¿hay dos gobiernos?El gobierno se ha convertido en un generador de sobrecostos, y en los casos señalados, en un estorbo para el comercio exterior. Cuando más competitivos necesitamos ser, retrocedemos con un recargo en las operaciones marítimas y portuarias, encarecemos los trámites aduaneros y distorsionamos la competencia. El Congreso ha dado claras muestras de querer matar al perro del hortelano, pero entonces, aparece el Ejecutivo, y le da de comer.
Expreso, 12/12/2007
jueves, 13 de diciembre de 2007
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