El nombramiento de nuevos ministros en el Gabinete aprista no logró suscitar la expectativa de la oposición, ni del oficialismo. Y ello, porque pese al entusiasmo de los medios de comunicación, era previsible que ninguno de esos enroques cambiará la agenda del actual gobierno.
De hecho, la política inescrupulosa de etiquetar todo lo vendible no variará el próximo año sino que se afianzará con tecnócratas destinados a continuar la estrategia del perro del hortelano instalado en el gobierno. Si alguno tratara de acercarse al cumplimiento de las promesas electorales o de escuchar a la población y sus necesidades pues pasará lo que pasó con Chiquitín Salazar que por firmar un acta de compromiso con los cocaleros fue cesado.
Pero los cambios ministeriales no sólo reafirman el pensamiento y práctica liberal del Gobierno como la designación del laboralista Mario Pasco Cosmópolis, en la cartera de Trabajo, y a quien sus propios compañeros han tildado de "abiertamente proempresarial" sino que también constituyen "obsequios de navidad" para algunos. En vísperas de Navidad, el presidente García ha querido hacer dos regalos: el primero es respaldar en el cargo, pese a todos los indicios de corrupción y varios hechos de muerte, a su compañero Alva Castro que se constituye en el ministro aprista más protegido del régimen. Y el segundo regalo ha sido un claro mensaje de apoyo hacia los fujimoristas con el nombramiento de la ministra de Justicia Rosario Fernández, quien fuera abogada de los hijos de Ernesto Schutz en el dominio por Panamericana, muy allegados al Doc. Este nuevo Gabinete confirma, pues, a la derecha en el gobierno del Perú. No es un cambio de rumbo, sino la afirmación de un programa neoliberal que profundiza las desigualdades en el país y la fractura social. Lo que nos espera el 2008 como producto de la aplicación de estas políticas son variadas movilizaciones en reclamo por una mayor y mejor redistribución de la riqueza.
De hecho, la política inescrupulosa de etiquetar todo lo vendible no variará el próximo año sino que se afianzará con tecnócratas destinados a continuar la estrategia del perro del hortelano instalado en el gobierno. Si alguno tratara de acercarse al cumplimiento de las promesas electorales o de escuchar a la población y sus necesidades pues pasará lo que pasó con Chiquitín Salazar que por firmar un acta de compromiso con los cocaleros fue cesado.
Pero los cambios ministeriales no sólo reafirman el pensamiento y práctica liberal del Gobierno como la designación del laboralista Mario Pasco Cosmópolis, en la cartera de Trabajo, y a quien sus propios compañeros han tildado de "abiertamente proempresarial" sino que también constituyen "obsequios de navidad" para algunos. En vísperas de Navidad, el presidente García ha querido hacer dos regalos: el primero es respaldar en el cargo, pese a todos los indicios de corrupción y varios hechos de muerte, a su compañero Alva Castro que se constituye en el ministro aprista más protegido del régimen. Y el segundo regalo ha sido un claro mensaje de apoyo hacia los fujimoristas con el nombramiento de la ministra de Justicia Rosario Fernández, quien fuera abogada de los hijos de Ernesto Schutz en el dominio por Panamericana, muy allegados al Doc. Este nuevo Gabinete confirma, pues, a la derecha en el gobierno del Perú. No es un cambio de rumbo, sino la afirmación de un programa neoliberal que profundiza las desigualdades en el país y la fractura social. Lo que nos espera el 2008 como producto de la aplicación de estas políticas son variadas movilizaciones en reclamo por una mayor y mejor redistribución de la riqueza.
La República, 24/12/2007
No hay comentarios:
Publicar un comentario