EL éxito mediático del Perro del Hortelano ha demostrado que el articulismo es el camino directo entre el mandatario y la ciudadanía. O al menos entre el primero y aquellos con la suficiente exquisitez y tiempo libre como para divagar en torno a un símil canino tributario del Siglo de Oro. Como dicen los ingenieros rusos, si funciona, no lo arregles: se requieren más artículos de palacio –siempre circunscritos al reino animal por aquello del amplio espectro– para convocar lo mejor de la inteligencia en circulación. Una lúbrica prosa capaz de hacer pasar por el ojo de una aguja a una manada de camellos gordos hará el resto. Es la férrea convicción en torno a esta fórmula la que osa sugerir una próxima agenda temática.
Política de la rana y el escorpión.
Donde el poder ejecutivo sustenta los beneficios ulteriores de su temeraria sociedad con artero adversario de probada falsía y venenoso aguijón. Con el escorpión sobre la espalda, la rana emprende el cruce del río bajo el lema de: el enemigo, cerca. Se explica que la exposición del vulnerable dorso es solo temporal, hasta sortear las turbulencias de la gobernabilidad. Sugiriendo además que en su lípida piel la rana tiene tantos o más dobleces que el escorpión en sus hipertensas tenazas. Al final queda claro que el incauto invertebrado no tiene idea de la feroz natura de la que cree su presa. Esto se explica en:...
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