DEBEMOS EDUCAR AL PERRO DEL HORTELANO
Los artículos del presidente García han generado el apoyo de todo el sector empresarial y algunas críticas, principalmente de sectores de izquierda. Las críticas sobre un supuesto entreguismo de nuestros recursos a la inversión extranjera desconocen la globalización y la capacidad de inversión en el Perú. Argumentar que se ha dado prioridad a las ganancias sobre los salarios implica no comprender fundamentos de economía: los salarios suben cuando hay más demanda por trabajadores por mayor inversión, o cuando mejoran sus calificaciones.
Decir que no se trata de una propuesta completa es cierto, pero no fundamental. Simplificar problemas en algunas ideas fundamentalmente certeras y transversales es un elemento central de la comunicación política. El perro del hortelano es una metáfora certera y relevante, aunque sofisticada para los sectores más pobres y menos educados.
La crítica válida es que una cosa es editorializar y otra gobernar. Se trata de lograr que el aparato estatal, habitado por muchos perros del hortelano, logre hacer cambios fundamentales para hacer de este un país más próspero e inclusivo. El Gobierno tiene una visión y extraordinaria capacidad de comunicación. Tiene un primer ministro en papel de bombero constante y un Gabinete con algunos ministros más activos y eficaces que otros. Existe un Congreso sin mayoría y con muchos parlamentarios nuevos, de los buenos y de los otros, y con algunas fuerzas que actúan unitariamente, lo que hace más fácil la coordinación. El partido de gobierno tiene fricciones internas que han hecho las cosas más difíciles de lo necesario y que pueden agravarse a medida que se acerquen las elecciones.
El proceso de descentralización está todavía en creación y no es muy ordenado ni uniforme. Quedan 8 meses para implementar el TLC, 3 años para las elecciones regionales y 4 para las presidenciales. ¿Cómo va a hacer el gobierno para hacer realidad esa visión? El Estado en su integridad, porque es injusto cargarle la tinta solo al MEF, está repleto de perros del hortelano, que no hacen ni dejan hacer. Para neutralizarlos se necesita mucho más que un bono al 10% de los trabajadores por productividad.
El Estado debería recuperar por lo menos a una parte de los funcionarios que ya se fueron al sector privado y no va a ser fácil. Ellos son los que saben cómo hacer funcionar al Estado. Y necesitamos una lista corta de lo que tenemos que hacer de todos modos. El TLC demuestra que se pueden lograr acciones a lo largo de varios gobiernos cuando tenemos agendas específicas, concretas. Aún así, todos los que vivimos ese proceso de cerca sabemos lo difícil que fue lograr con la estrategia de comunicación que se volteara la torta.
Lamentablemente, como país todavía no tenemos la madurez de hacer planes generales consensuados. Por ello, tener una agenda mínima es indispensable: (1) implementación del TLC en 8 meses, para lo cual lo más sensato son las facultades legislativas (el Congreso puede luego derogar lo que quiera) y el Ejecutivo debe mantener un esfuerzo de transparencia; (2) plan específico y detallado de concesiones de infraestructura clave para 2008, 2009 y 2010, señalización y control; (3) plan específico y detallado, con evaluaciones independientes 2-3 veces por año, de cómo va el programa Crecer y los programas sociales en las zonas prioritarias; (4) plan específico de cómo se va a mejorar la calidad educativa en comprensión lectora y matemáticas, con evaluaciones independientes y plan piloto de promoción de la innovación tecnológica con fines productivos; (5) plan específico y detallado de cómo se va a hacer para enfrentar los temas de seguridad ciudadana y narcotráfico, con discusión abierta con especialistas.
Decir que no se trata de una propuesta completa es cierto, pero no fundamental. Simplificar problemas en algunas ideas fundamentalmente certeras y transversales es un elemento central de la comunicación política. El perro del hortelano es una metáfora certera y relevante, aunque sofisticada para los sectores más pobres y menos educados.
La crítica válida es que una cosa es editorializar y otra gobernar. Se trata de lograr que el aparato estatal, habitado por muchos perros del hortelano, logre hacer cambios fundamentales para hacer de este un país más próspero e inclusivo. El Gobierno tiene una visión y extraordinaria capacidad de comunicación. Tiene un primer ministro en papel de bombero constante y un Gabinete con algunos ministros más activos y eficaces que otros. Existe un Congreso sin mayoría y con muchos parlamentarios nuevos, de los buenos y de los otros, y con algunas fuerzas que actúan unitariamente, lo que hace más fácil la coordinación. El partido de gobierno tiene fricciones internas que han hecho las cosas más difíciles de lo necesario y que pueden agravarse a medida que se acerquen las elecciones.
El proceso de descentralización está todavía en creación y no es muy ordenado ni uniforme. Quedan 8 meses para implementar el TLC, 3 años para las elecciones regionales y 4 para las presidenciales. ¿Cómo va a hacer el gobierno para hacer realidad esa visión? El Estado en su integridad, porque es injusto cargarle la tinta solo al MEF, está repleto de perros del hortelano, que no hacen ni dejan hacer. Para neutralizarlos se necesita mucho más que un bono al 10% de los trabajadores por productividad.
El Estado debería recuperar por lo menos a una parte de los funcionarios que ya se fueron al sector privado y no va a ser fácil. Ellos son los que saben cómo hacer funcionar al Estado. Y necesitamos una lista corta de lo que tenemos que hacer de todos modos. El TLC demuestra que se pueden lograr acciones a lo largo de varios gobiernos cuando tenemos agendas específicas, concretas. Aún así, todos los que vivimos ese proceso de cerca sabemos lo difícil que fue lograr con la estrategia de comunicación que se volteara la torta.
Lamentablemente, como país todavía no tenemos la madurez de hacer planes generales consensuados. Por ello, tener una agenda mínima es indispensable: (1) implementación del TLC en 8 meses, para lo cual lo más sensato son las facultades legislativas (el Congreso puede luego derogar lo que quiera) y el Ejecutivo debe mantener un esfuerzo de transparencia; (2) plan específico y detallado de concesiones de infraestructura clave para 2008, 2009 y 2010, señalización y control; (3) plan específico y detallado, con evaluaciones independientes 2-3 veces por año, de cómo va el programa Crecer y los programas sociales en las zonas prioritarias; (4) plan específico de cómo se va a mejorar la calidad educativa en comprensión lectora y matemáticas, con evaluaciones independientes y plan piloto de promoción de la innovación tecnológica con fines productivos; (5) plan específico y detallado de cómo se va a hacer para enfrentar los temas de seguridad ciudadana y narcotráfico, con discusión abierta con especialistas.
El Comercio, 19/12/2007
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